¿Te encuentras demasiados defectos físicos?

Una simple acción tan natural y cotidiana como mirarse al espejo puede esconder una manía. La captotrofilia es la obsesión por buscarse defectos físicos, al encontrarlos genera placer por haber satisfecho esa inquietud.

Mirarse al espejo no es malo si se hace moderadamente; el problema está cuando esa conducta se vuelve una adicción, haciendo que las personas estén pendientes en todo momento de su reflejo, tanto en espejos, como en cualquier tipo de superficie reflectora", explica Gemma Asarbai Navlani García, sicóloga clínica.

  Distorsión de la realidad

La captotrofilia se distingue porque las personas no se ven guapas o atractivas, creen que tienen la nariz demasiado grande y necesitan verse al espejo para confirmarlo, cuando lo hacen se sienten saciados porque encuentran lo que buscaban, detalla Sergio García, psicólogo terapeuta de El Escorial y Madrid en el artículo Espejito, dime que soy la más fea.

De acuerdo con García, esta obsesión se mantiene de tres a seis meses, sin embargo, detrás de este comportamiento generalmente se esconde algún otro padecimiento sicológico como anorexia nerviosa, trastorno obsesivo compulsivo, distrofia corporal y hasta psicopatía.

En casos extremos, la idea de tener defectos que no puede corregir deriva en un gran malestar que termina por deprimir a las personas e incluso generar ideas suicidas.

Es de subrayar que esta manía por mirarse al espejo no debe confundirse con el deseo de verse todos los días un par de veces como parte del arreglo personal, el problema radica cuando se rebasa esa necesidad al grado de afectar la vida personal, laboral y social.

Incluso, hay quienes de tanto mirarse en el espejo creen haber encontrado un defecto físico que buscan corregir con una cirugía y así se encuentran en una constante búsqueda de lo que ellos consideran imperfecciones físicas para hallar la anhelada perfección.

La captotrofilia esconde una relación muy fuerte con los síntomas del perfeccionismo, autoexigencia y valoración personal de no perdonarse el defecto, lo cual genera constante angustia”, señala Laura Palomares, psicóloga y sexóloga de Avance Psicólogos de Madrid, España al diario ABC.

  Sufre más ¿ellos o ellas?

Aunque pareciera que esta obsesión afecta más a mujeres por más vanidosas y preocupadas por su apariencia física, la captotrofilia afecta de igual manera a los hombres, aunque principalmente a las personas con baja autoestima y se comienza a observar en la adolescencia.

En estos casos, la recomendación es seguir una sicoterapia para identificar si se trata de captotrofilia.

La terapia tiene como objetivo conocer la vida del afectado desde su infancia, cómo fue educado en torno a los parámetros de belleza, si sufrió de discriminación social o burlas por su aspecto físico, sicológico o intelectual.

Preocuparse por la apariencia física y tratar de mejorar aquellos aspectos que no nos agraden es considerado lo más normal, pero cuando se caen en excesos y comienza a afectar diversos aspectos de la vida es señal de que algo no está bien. ¿Cuántas veces al día sueles mirarte al espejo?