IMSS: Pequeñas grandes reformas

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Salud180, El estilo de vida saludable

POR: María Amparo Casar / Investigador del CIDE

El estilo de vida saludable

29-10-2014

Los gobiernos suelen olvidar que son las “pequeñas” refomas y medidas administrativas más que las reformas constitucionales las que hacen las “grandes” diferencias. Medidas que no tienen mucha espectacularidad y que apenas tienen cobertura en los medios, pero que son las que cambian la calidad de vida de las personas.

 

A la mayoría de los ciudadanos casi nada importa el gran proyecto reformista del Pacto por México que colocó al país en las primeras planas internacionales. Pocos conocen las reformas, menos las entienden, una proporción todavía menor las considera importantes. Las reformas estructurales y las promesas que ofrecen son intangibles para el ciudadano.

 

Las que no son intangibles son las políticas que afectan a la población en su día a día: si funciona mejor la expedición de licencias, si se puede cobrar una pensión sin mayores trámites, si el beneficiario de un crédito de vivienda no tiene que darle dinero al coyote para aligerar la espera, si la basura es recogida.

 

Un caso notable es el del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que durante este sexenio se ha ido distinguido por introducir innovaciones que sí hacen la diferencia: que no cuestan al erario y benefician al usuario.

  Los avances

 

Bajo la titularidad de González Anaya se presentó una iniciativa de reforma para homologar los conceptos que determinan el salario base de cotización con los del ISR y así terminar con la práctica de subreportar los salarios al IMSS para reducir el pago de las cuotas obrero-patronales, pero abultar el costo de su nómina cuando informan al SAT para pagar menos impuestos. La iniciativa que ahorraría tres mil millones de pesos al IMSS fue aprobada en la Cámara de Diputados, pero bloqueada en el Senado.

 

El Instituto no se quedó cruzado de brazos por el fracaso legislativo ni su director recurrió al fácil expediente de que: “No me dejan hacer las hacer cosas”. A aquella propuesta siguieron otras que no tienen que pasar por el Congreso, ni exponerse al cabildeo de los poderes fácticos. Al contrario, se ha concentrado en políticas que están en sus manos y que están impactando favorablemente a la institución y al derechohabiente.

 

En el reciente informe del IMSS se da cuenta de algunas reformas no en ciernes sino que ya han dado frutos. La primera fue la reducción del uso de reservas de más de 24 mil a menos de 12 mil millones de pesos. La institución no puede cantar victoria en términos de su saneamiento financiero, pero bajar el déficit en 50% en 20 meses de gestión no es poca cosa.

 

A ello se agregaron otras medidas como los sistemas para mejorar el abasto de medicinas que se tradujeron en un ahorro de mil 500 millones de pesos y, sobre todo, la consolidación en la compra de medicamentos (estamos hablando de uno de los tres compradores más grandes del gobierno mexicano) que generó un ahorro de tres mil 700 millones de pesos, además de fomentar la competencia y beneficiar a la industria farmacéutica nacional.  Los cimientos

 

Ambas medidas son importantes para las finanzas del Instituto, pero podría decirse que los derechohabientes no perciben en su bienestar los beneficios inmediatos. Por eso también se implementaron políticas dirigidas a los usuarios de los servicios médicos.

 

Quizá ya se nos olvidó, pero en 2009 el IMSS ganó el premio al trámite más inútil: una mujer que debía administrar dos veces al mes un medicamento controlado a su hijo, tenía que hacer un trámite que pasaba por ocho manos entre sellos, autorizaciones y copias. El tiempo de espera que debía enfrentar iba de los cuatro a los quince días, tiempo que su hijo debía aguardar para recibir la dosis.

 

Para enfrentar este problema se creó el Programa de Receta Resurtible. Una medida que no tiene que pasar por el Congreso y que al tiempo que ayuda a sanear financieramente al IMSS mejora el servicio. Se trata de una reforma sencilla que cambia sustancialmente la vida de todos aquellos que requieren medicamentos periódicos para padecimientos crónicos. Un porcentaje importante de las casi 500 mil consultas diarias del IMSS son con el único propósito de resurtir una receta.

 

Para ello se tiene que agendar cita, acudir a consulta y perder el tiempo para obtener el medicamento. Ahora, en lugar de tener que acudir a una cita, los enfermos con estos padecimientos obtendrán una receta que cubre los medicamentos por tres meses.

 

Esta pequeña medida es de gran impacto en términos de la liberación de consultorios, del tiempo de los médicos y del de los pacientes que en ocasiones perdían un día de trabajo sólo para conseguir su receta. Se estima que el programa libere siete millones de consultas al año.

 

Para cerrar el círculo está también en marcha el programa de simplificación administrativa que permitirá realizar por internet un buen porcentaje de los 12 millones de contactos en ventanilla.

 

Sin duda el IMSS tiene mucho por avanzar y no puede preciarse de ser una institución de clase mundial, pero esto es mover a México, y en la dirección correcta. Menos titulares y menos espectacularidad, pero más efectividad en la gestión parece ser la marca del IMSS. Ojalá y otras instituciones la adopten.

 

Encuéntrame en  Twitter: @amparocasar  y al mail:  amparo.casar@cide.edu

     

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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