¿De qué sirve ser romántico?

De acuerdo con John Gray, autor del libro “Marte y Venus en el dormitorio” cuando un hombre planea una cita, compra las entradas del espectáculo al que van a asistir, conduce el auto y se preocupa hasta de los menores detalles, se está comportando románticamente.

Un hombre romántico  asume la responsabilidad de encargarse de las cosas, permite a la mujer relajarse y disfrutar sintiéndose cuidada.

  ¿Ventajas de ser romántico?

Para quitarle al romanticismo esa estela de cursilería que tanto temor suele causar, descubre sus ventajas y todo lo que puedes hacer por tu pareja y por ti.

• De acuerdo al autor, estos momentos le sirven a la mujer para saber que es reconocida por su pareja, que la comprende y respeta.
• Si a ella le cuesta trabajo hablar de sus sentimientos, realizar este tipo de acciones le proporciona el mismo tipo de apoyo que una conversación y hará que se sienta escuchada, aún sin decir nada.
• En la actualidad las mujeres asumen durante el día muchos roles masculinos, que aunque los realice con gusto, en cierta medida las aleja de su lado femenino. Cuando tienes una actitud romántica con ella, le ayudas a reencontrarse con él.

  Puede ser un gran momento

No hay que esperar a que haya un cielo lleno de estrellas o una velada en medio de velas y música con violines, incluso hasta en detalles cotidianos como tener listo un vaso de agua fresca si sabes que volverá de correr o la cena lista cuando te ha anunciado que saldrá tarde de trabajar, son excelentes pretextos para generar el ambiente.

Se trata de concentrarse en lo positivo y ocuparte de hacer que ella se sienta apoyada, más no vulnerable, por lo que puedes aprovechar cualquier oportunidad, esto por supuesto, no excluye también aquellas en las que le ha tocado enfrentar momentos complicados y que requiere de un abrazo o un gesto de sensibilidad de tu parte.

El autor resalta la importancia de que te tomes la iniciativa, ya que es común que los hombres asuman que si una mujer necesita de un abrazo o de recibir flores, sólo tiene que pedirlo, pero en realidad no tendría que ser así.

“Para sentirse cortejada una mujer no quiere comprarse ella misma sus propias flores: quiere que se las regale su pareja. No quiere ni siquiera pedirlas. Si tiene que hacerlo, ya no lo considera un gesto romántico”.

En cambio, abunda, si es él quien lo hace por propia iniciativa es un símbolo de que el hombre se preocupa por ella y de que comprende sus necesidades. Este tipo de rituales, sostiene John Gray, es una parte fundamental de la relación amorosa.