Cambios impulsan crecimiento personal

Hay una ley que nos indica que todo está en constante movimiento, que nada está estático. Esta es la Ley de Vibración que dice: “Nada está inmóvil; todo está en movimiento; todo vibra”. Esto quiere decir para nosotros que lo único constante van a ser los cambios, por lo cual es necesario aprender para tu crecimiento personal.

Al ser humano nos gustan los hábitos y las costumbres porque nos dan una seguridad “aparente”, olvidándonos que todo se está moviendo todo el tiempo, que nada permanece igual, que vamos a sufrir un cambio. La única manera de vivir esto sin que nos afecte es aprendiendo a fluir y adaptándonos a los cambios. Entendiendo que no es personal, que es una ley universal y que podemos incorporarnos a ella y abrirnos amorosamente a los cambios para pasarla mejor.

Todas las experiencias que vivimos son por algo, no se trata de sufrirlas y mucho menos de cargarlas. Estos cambios nos dan la posibilidad de aprender y crecer, es a través de la experiencia que podemos saber qué nos gusta, qué es bueno para nosotros y qué no lo es. Se trata de experimentar, esto es, prueba y error para aprender a conocerme.

Hay un dicho que dice que somos los únicos animales que nos tropezamos mil veces con la misma piedra Es el colmo! Siendo nosotros animales con una conciencia auto reflexiva; esto quiere decir que sé que sé, los animales saben muchas cosas pero no saben que saben, es puro instinto. El error no está en equivocarnos, sino en seguir cometiendo el mismo error.

El ego es la razón por la cual no acabamos de aprender de nuestras experiencias, el ego tiene muchos mecanismos de defensa para garantizar su existencia, el ego es el miedo que siempre tiene una excusa, una justificación o un pretexto para que no veamos la realidad y darnos cuenta qué nos sirve y qué no.

Sólo la reflexión nos hará conscientes y cuando podamos verlo sin identificarnos poniéndonos adjetivos calificativos, sino simplemente aprendiendo de la experiencia con la absoluta certeza de que también va a cambiar.

Si vivimos algo que no nos gusta, basta con no repetirlo para que la experiencia haya valido la pena. Esta es la única manera de aprender. Conócete, acéptate y obra en consecuencia.

Si lo único constante son los cambios, esta ley también se aplica en nosotros, se vale cambiar, renovarnos, innovarnos y reinventarnos. Este es el regalo de nuestras vidas para que las hagamos nuestras en opinión y en experiencia. Recuerda que nada es para siempre.

 

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